05 junio, 2008

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Una mujer de aproximadamente 80 años sentada muy erguida con la frente en alto, viste un tapado verde inglés hasta las rodillas, su cartera tipo sobre de cuero negro junto a ella, pollera hasta los talones color gris topo en tuvo, medias de lycra negras y alpargatas de yute del mismo color. Se detiene en el andar de todos y cada uno de los que cruzan frente a ella. No le queda otra opción más que mirar desde la contrapicada, sin embargo, con un semáforo a favor puede cesar esa búqueda de personas desconocidas para volverse a sí misma y con delicadeza de realeza pellizca su pollera para quitarle alguna que otra peluza. En cuando el verde ilumina otra vez a la pesca de desconocidos.
Ella es canosa pero calva, rapada; gorda pero desnutrida; vieja pero con la capacidad de adaptación de un niño y por sobretodo valora la vida se valora a ella misma porque de repente, saca de su cartera un pequeño espejito cuadrado. Se detiene en sejas y bozo pero siempre haciendo valer su condición de mujer: siempre tiene algo para decir.
Despues casi sin darte cuenta, te deslizas por su campo visual y ahora es ella quien te analiza a vos: "Hola querida, me gusta tu saquito rosa, ¿tendrás algunas monedas para darme?" Y yo como el otro millón de personas que me rodea sigo caminando, como siempre la cabeza no te da respiro, pero cuando llego a la esquina de Callao y Lavalle me doy cuenta de que traigo un saquito rosa y que ella me estudió tanto como yo a ella en este momento y ahora es cuando reflexiono.... pucha la publicidad llega a todos lados... la mujer está haciendo mucho más que publicidad enfocada para un sector, ESTÁ HACIENDO PUBLICIDAD INDIVIDUALIZADA POR PEATÓN! Ahora... teniendo esa capacidad de análisis del discurso no verbal, es indispensable que esté sentada en la vereda pidiendo limosnas?

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